Querida Marca,
ya sabes que le tengo especial manía a esa costumbre de andar por la vida vigilando lo que hacen los demás, y que soy más partidario de marcarnos nuestro propio camino. Pues el máximo exponente de esa «vigilancia» es la de crear «referentes«, marcas – o personas – a las que miramos con la sensación de que lo hacen todo bien y que nosotros deberíamos seguir sus pasos.
Algo así hemos creado entre todos con Silicon Valley, donde parece que mean champán. Pues bien, de eso nada, e incluso, como cuentan en este artículo que me leí ayer, parece que están hasta «caducados«. Poco queda ya de ese espíritu innovador y rebelde inicial y lo que hay ahora es simplemente una maquinaria perfecta de repetir procesos, copiar ideas y hacer dinero, y de hacerlo pasando por encima de lo que haga falta, personas incluidas, algo que espero te espante tanto como a mí.
Así que, tengamos cuidado a la hora de elegir espejos en los que mirarnos, a ver si los modelos no son los adecuados. Que está bien inspirarnos, sí, pero no te olvides que lo que es verdaderamente inimitable y nos hace destacar de la competencia es trazar nuestra propia ruta.
Cuídate.
Abrazo!
L.