Hola Querida,

¿qué tal el verano, bien? Espero que sí.

Nosotros este año nos hemos ido con la moto a Irlanda, y nos ha encantado. Y eso que este año, por circunstancias, no hemos preparado la ruta con tanto tiempo como nos suele gustar, y ha habido que fiarse un poco más de Garmin y sus indicaciones, aunque lo hemos complementado con mapas y libros, para definir el esqueleto nosotros.

Porque si hay una cosa que odio es ir de viaje tirando sólo del GPS. Quiero saber dónde estoy, hacia dónde estoy yendo, y por dónde voy a ir. El resultado final puede ser el mismo que el de dejarse llevar por la vocecita que te dice eso de “en 300 metros, gira a la derecha”, pero si ocurre cualquier contratiempo, puedo reaccionar y ser autónomo.

Demasiadas marcas se mueven a día de hoy sólo con GPS, Querida. Han hecho un curso, contratado a un consultor o escuchado a un gurú que les ha dicho que tienen que hacer A, B y C, y se lanzan a ello full gas.

Pero no tienen ni idea de por qué, para qué o por dónde. Y aún con todo, van todo ufanos conduciendo con el codo por la ventanilla, con ese aire de superioridad del que cree que sabe a dónde va.

Pero como se salten una salida o se equivoquen en un desvío… el caos. Porque en realidad son ciegos con GPS. O peor aún, tontos con GPS, que se creen más listos que nadie dejándose guiar por una voz externa.

No seas de esos nunca, Querida. En todos tus viajes, mapa de papel al lado, que no estorba. Y con la carretera que quieres recorrer identificada, para poder seguirla con el dedo.

Por si las moscas.

Dame un toque cuando quieras, y hablamos.

Cuídate!

L.

¿Quieres que te ponga en copia oculta en los siguientes? ¡No problemo!

¡Ponme en copia!