Querida Marca,
Así, sin darnos cuenta, han vuelto a pasar 2 semanas sin que nos escribamos. ¿Y se ha parado el mundo? Yo diría que no. El mío al menos no, y el tuyo me juego la mano (la izquierda, por si acaso) a que tampoco. Porque si hubiera sucedido algo grave, habríamos hablado.
Eso de no hablar por obligación sino por interés o placer, que resulta tan natural entre nosotros, lo hemos perdido hoy en día, porque nos hemos creído eso de la disponibilidad 24/7, y los algoritmos de las plataformas nos han esclavizado. Y eso no es bueno.
Hablar por no callar, por miedo a que cuando queramos decir algo interesante nadie escuche, es un error. Ya se lo contabas a tu niña, en formato cuento, cuando le querías dormir, te acuerdas? El cuento se llamaba “Que viene el lobo”. ¿Y te acuerdas cómo acababa? Que cuando el lobo llegó, nadie acudió a ayudar al pastorcillo. Porque nadie le creyó.
Así que te propongo una cosa. Dejemos de vivir dando voces todo el día, y hablemos solo cuando tengamos cosas interesantes que contarnos. Y en lugar de a gritos (en las plataformas), hagámoslo hablando. En sitios donde sabemos que la gente nos escucha. Como hacemos tú y yo con estos emails.
Que vaya bien la semana, Querida.
Un abrazo,
L.