Querida Marca,

Desde el otro día hay bastante revuelo con el gesto que tuvo Cristiano Ronaldo retirando las botellas de Coca-Cola de la sala de prensa y el impacto que ese gesto ha tenido.

Que si una caída de 4kM de $ en bolsa, que si la caída no es por eso sino porque justo ese día pagaron dividendos, que si nosécuántasmiles de visualizaciones del video, que si todo está pactado porque él ahora es de Pepsi (aunque antes fuera imagen de Coca-Cola e incluso de KFC, adalides ambos de la «vida sana«) y mil cosas más. Y todo eso, si me apuras, da igual.

Lo que importa es ver si a partir de ese día los niños, adolescentes y adultos que adoran a Cristiano (yo tampoco lo entiendo, pero no es de eso de lo que estamos hablando ahora, Querida), cuando lleguen al lineal del supermercado o al chiringuito este verano, le dicen al camarero eso de «Coca-Cola no, agua!«.

Porque si eso no pasa, y además pasa en un volumen proporcional al de su audiencia, todo esto se quedará en anécdota, y Coca-Cola incluso lo podrá marcar como positivo en su agenda por la cantidad de menciones gratuitas recibidas, que además probablemente a más de uno, inmune a eso del fútbol, le habrá llevado a echar mano a la nevera y abrirse una. Cosas del top of mind.

Y mientras se aclara hacia qué lado cae la moneda, Coca-Cola callada (y me parece lo inteligente). La fina línea entre el desastre, la indiferencia y el beneficio, Querida.

Bebe agua!

Abrazo,

L.

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