Querida Marca,

El otro día me hicieron una resonancia (nada grave, tranquila), pero esta vez, a diferencia de las anteriores, me hicieron tumbarme boca abajo. Y simplemente con eso, la experiencia fue totalmente distinta, y me dio cero agobio.

El mero hecho de NO tener a escasos centímetros de los ojos la tapa del ataúd, me hizo olvidarme de que estaba ahí dentro. Y es que, a veces, quedarnos mirando fijamente a lo que nos agobia no hace sino empeorar la situación, y un simple cambio de posición nos permite volver a mirar a lo lejos, nos desbloquea, y nos permite reenfocarnos y no sobreactuar frente a algo que solo estaba en nuestra cabeza.

Que no nos deslumbren los faros, Querida, que no somos conejos.

Un abrazo!

L.

¿Quieres que te ponga en copia oculta en los siguientes? ¡No problemo!

¡Ponme en copia!