Querida Marca,

Mira esta frase qué chula: «Nos fijamos demasiado en los charcos, y olvidamos la tierra seca que hay entre ellos.» La leí hace un tiempo en Sapiens, de Yuval Noah Harari, un libro un poco denso a ratos, pero muy interesante (especialmente los primeros capítulos).

Te la cuento hoy porque creo que esconde una carga muy profunda de verdad. Es algo que te pasa a ti, que me pasa a mí, y que nos pasa a demasiada gente. Pasamos demasiado tiempo mirando todo lo que puede salir mal (los charcos), en lugar de dedicar esa misma intensidad a unir las zonas de tierra seca por las que podemos seguir avanzando.

Está bien que sepamos que hay charcos en nuestro camino, pero dedicar tanta energía a estudiarlos, analizarlos, vallarlos, dragarlos e intentar secarlos, es en muchos la mayoría de los casos un sinsentido. Con saber que están ahí y esquivarlos sería suficiente.

Y si quieres esquivar algo – los que vamos en moto lo sabemos bien – lo fundamental es NO mirarlo. Porque donde va la mirada, va la rueda.

Así que, vista larga y paso corto, Querida, pero nada de pararnos demasiado tiempo a analizarlo todo. El momento perfecto nunca va a llegar. Los pies tienen que moverse si queremos avanzar. Aunque a veces nos mojemos un poco las puntas de las botas…

Un fuerte abrazo.

L.

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