Querida Marca,

Ayer, hablando con un posible cliente, salió un tema del que tú y yo hablamos de manera recurrente: la actitud con la que hemos de afrontar nuestra comunicación. Y en la conversación salieron los dos ingredientes clave: orgullo y humildad.

Es verdad que en su caso es más fácil que otros, quizás, ya que se trata de una marca con casi 100 años de historia y un producto muy bueno y con mucho reconocimiento en su segmento, pero es algo que estoy convencido que también puedes aplicarte tú.

Orgullo por el trabajo bien hecho, por saber que lo que haces aporta valor, que persigue un propósito más allá de tu propio beneficio y que estás alineada con los intereses de tu audiencia.

Humildad de saber que hay otras marcas ahí fuera que también están haciendo las cosas bien, y que las necesidades e intereses de tu audiencia están en cambio permanente, por lo que hay que estar constantemente mejorando si queremos seguir siendo relevantes.

Es una balanza que tiene que estar bien equilibrada, porque igual de malo es pasarnos por un lado que por el otro, pero tú siempre has sido buena equilibrista, Querida, así que no creo que tengas problema en eso.

Seguimos avanzando.

Cuídate!

L.

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