Querida Marca,
¿Dónde quedó la pasión que teníamos al principio? Ya te lo digo yo, enterrada y asfixiada bajo una interminable sucesión de reuniones, objetivos, videoconferencias, excels y obligaciones.
Ayer estuve hablando un rato con Alex, el fundador – junto con Pilar, su mujer – de Golden Promise. Si, los de las cervezas que me gustan. Tiene una pasión, un brillo en la mirada, una velocidad cuando te cuenta las cosas en las que está metido, las ideas que tiene y los líos en los que se está metiendo, que contagia. Un cuarto de hora con Alex son 2 latas de Red Bull y un café con hielo, todo junto.
Tenemos que recuperar esa ilusión. Reservarnos un hueco diario, o como poco semanal, para soñar. Para dejar volar la imaginación. Para pensarnos.
Tenemos que volver a esa sana locura.
Ahora, más que nunca, lo necesitamos.
Hablamos,
Cuídate.
Abrazo,
L.